Si usas varias unidades de almacenamiento externas en tu equipo Windows, habrás comprobado que, cada vez que las conectas, el sistema operativo les asigna una letra de unidad, empezando por la siguiente al del último disco duro interno.
Así, si sólo disponemos de uno de estos últimos (la unidad C:, recordemos que A: y B: están reservados para las ya casi inexistentes disqueteras), el primer disco duro externo (o lápiz USB, tarjeta SD, etc.) que insertemos se convertirá automáticamente en la unidad 'D:'.
El problema radica en que, por defecto, la asignación de dichas letras sigue un único criterio: el orden de llegada. De modo que, si las usamos en combinación con aplicaciones de copia de seguridad —por ejemplo, con la pretensión de automatizar las mismas para sincronizar copias de respaldo en una unidad en concreto— este 'baile' de letras puede resultar siendo una locura, y generar toda clase de contratiempos.
No es la única situación que puede crearnos problemas como usuarios: por ejemplo, si usamos aplicaciones portables localizadas en la unidad externa, o si guardamos en ésta nuestra biblioteca de Calibre, también nos puede interesar plantearnos alternativas a este sistema de asignación predeterminado.
De modo que… ¿existe algún modo de forzar a Windows a asignar siempre las mismas letras a las mismas unidades externas? Sí, existe.
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