Uno de los efectos de la digitalización va más allá de las pantallas, el uso que les damos o el contenido que consumimos en ellas, pues tiene que ver con el impacto ambiental que causa el uso que le damos a nuestros aparatos electrónicos y cómo los manejamos una vez que terminan de ser útiles en el día a día.
Si dejas de usar un aparato electrónico y tiras a la basura, el impacto ecológico va más allá de poner un objeto más en el espacio, pues sus componentes pueden ser tóxicos y generar un daño mayor al ambiente en el largo plazo.
En 2017 se generaron 48.5 toneladas de basura tecnológica y en 2019 esta cifra aumentó a 53.6 toneladas en el mundo, según datos del reporte global de desechos tecnológicos o E-Waste publicado por la Organización de Naciones Unidas. Del total de esta basura electrónica solo se recicla 20%.
¿Qué es el reciclaje tecnológico?
Las técnicas consideradas como reciclaje tecnológico, según la ONU, tienen que ver con procesos y buenas prácticas para el tratamiento de desechos electrónicos, desde programas de las marcas y fabricantes tecnológicos para recibir aparatos que ya no se usen y reacondicionar sus piezas y componentes para darles una segunda vida o bien cuando las personas heredan esos equipos, cuando aún están en buenas condiciones, a sus familiares, amigos o a una ONG para que se les dé un uso extendido de vida.
De esta forma estos aparatos pueden reducir el impacto ecológico que generan …