Cuando uno compra un producto, lo lógico es esperar que llegue completo, no es como que vayas a pedir media orden de comida en un restaurante y vayas a pagar nada más la mitad. Extrañamente, hemos permitido que la industria de los videojuegos nos vendan productos que no están terminados y cuyo desarrollo es finalizado incluso después de su lanzamiento, con parches, actualizaciones y hasta contenidos descargables pagados y se nos hace de lo más normal.