Terminada la Segunda Guerra Mundial para muchos países de Europa significó el comienzo de la reconstrucción y en algunos casos, especialmente de empresas, significaba comenzar casi desde cero, pues todo estaba en ruinas. Esa reconstrucción fue difícil para varias empresas como por ejemplo la francesa Peugeot, cuya planta de Sochaux fue ocupada hasta 1944 por las tropas alemanas, la cual sufrió muchos bombardeos de la aviación de los aliados y acciones de sabotaje de la resistencia francesa. A pesar de todo eso, la marca Peugeot no se rindió y por el contrario, apostó en forma valiente a la construcción de