En el panorama de la tecnología moderna en constante evolución, los teléfonos inteligentes se han integrado sin problemas en nuestra rutina diaria, convirtiéndose en herramientas indispensables que almacenan una gran cantidad de información personal. Desde aplicaciones bancarias y correos electrónicos hasta cuentas de redes sociales y fotos privadas, nuestros teléfonos inteligentes contienen una gran cantidad de datos sensibles. Sin embargo, la conveniencia de esta era digital conlleva riesgos inherentes, ya que los ciberdelincuentes y hackers buscan oportunidades en forma constante para explotar vulnerabilidades y obtener acceso no autorizado a los teléfonos inteligentes. Las consecuencias potenciales de una violación de seguridad